centro de estudios del POP

Alerta: estamos viviendo una mutación metafísica en el pequeño planeta del pop chileno.

Así como la apertura del Las Vegas Hilton puso a 1969 en la historia, y permitió que Elvis entrara en su etapa más gloriosa (por decadente), Chile está ad-portas de abrir el negocio del casino, la apuesta, la ludopatía senil, y todo estará pasando en Angostura, antes del peaje (frente al Chitakelindo, más o menos).

No será necesario ir a Viña, o acudir al Teletrak, para perder nuestro dinero en brazos de la mala fortuna. Mucho mejor que eso: Rancagua nos aportará la cuota de gomorra que nuestra sociedad sodómica viene pidiendo a tasas de 6% anual. Y tendremos ahí, al alcance de la mano, lo que el pueblo norteamericano goza hace tanto: música pop entre ruletas, croupiers, chiquillas divertidas y cajeros automáticos.

Creo que nuestra Nueva Ola ha esperado demasiado por esta oportunidad. Se les ha negado la posibilidad de una decadencia de lentejuelas, para dejarlos en el gris que ya les conocemos. En el intertanto, muchos otros artistas se han puesto a la fila, dando tristes shows en el Barrio Suecia.

No puedo esperar a ver el cartel del Casino de Rancagua.