Tuesday, February 27, 2007

L Festival de Viña

La "L" del título es un número romano. Aquí estamos de vuelta para pensar cómo hacer de la 50ª versión (2009) de "el evento" algo digno de recordar. Así que veamos algunas ideas, ahora que tenemos tiempo:

- Viña se quedó con un festival que debió extinguirse con San Remo o Benidorm. Sin embargo, la cepa se aclimató y goza de buena salud. De manera que hoy Viña es legítima propietaria de la D.O. "festival de la canción". Esto abre la opción de alterar el formato con toda la autoridad de quien, aunque no inventó nada, se adueñó de la idea.
- Fuera las competencias. No, en serio.
- El objetivo del show es provocar la histeria de la mujer chilena, sea ella de clase media (C2) o más ordinaria (se excluye abiertamente el gusto de la mujer ABC1).
- Queremos que el festival rebose de farándula. En la fila que hoy se sienta el jurado, simplemente hay que sentar a la gente que pueda mostrar un pezón, dar agarrones al del lado, o entretener al camarógrafo.
- Las antorchas/gaviotas sólo se justifican si al sujeto que las recibe le interesa tenerlas. Esto se vuelve clave para llevar o no un número al show: "P: ¿Te tinca Madonna? R: No, seguro que deja la antorcha de oro en el baño del hotel"
- La versión L debe resumir y actualizar el mito, que podemos reconocer en momentos tales como "mami qué será lo que quiere el negro: que se vaya Pinochet" / "sopiiiiisssa!!" / "libre como el sol cuando amanece" / "si tuviera un hijo le pondría Chile" / (lanzamiento de la gaviota por parte del hijo en cuestión) y otros.

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Wednesday, February 14, 2007

Citando a Mark









"You owe me some money, you fuck"

Friday, February 02, 2007

Pop gay

En un blog mucho más especializado que este, llegué a enterarme de una extraña iglesia electrónica que aspira a transformar a los homosexuales en gente común.

Al margen de que eso es imposible, y seguramente ilegítimo, caro, torpe, pasado de moda, se publica una lista de artistas pop "desaconsejables" por ser gay o pro-gay o por sospecha de gay o por foto en la que parece gay. Al lado pone otra de artistas "seguros", queriendo decir que los niños podrán no recibir influencia gay.

Tema que daban ganas de desarrollar: los estragos que provoca la represión psíquica mal instalada. Ese gordo de camisa rosada.

Sin embargo, el punto es otro: la clasificación del pop entre "gay" y "no gay" funciona bastante bien. A nosotros, por ejemplo, nos pasó que en la lista de artistas "seguros" no nos gustaba nadie, quizás por ser una lista menos numerosa y más desconocida. En la otra, en cambio, aparecen varios nombres que nos gustan mucho más. Wilco, por decir uno. No entiendo qué tendría de gay, pero el caso es que me gusta Wilco.

Revisando el desván, encontramos que hay gays que nos han surtido de estupenda música, a veces justamente desde el rincón sensible, apartado o festivo de la comunidad.

Ponte tú: Bowie. O The Smiths. De ahí, los amigos de Electronic. O la onda R.E.M., o la elegancia de Pedro Aznar. O Mark Eitzel. Incluso George Michael. Y los minutos más bailables, sin los colitas, no tienen la misma sazón. A escala nacional, tenemos a colas (una expresión chilena bastante análoga al inglés faggot) como Eduardo Valenzuela, Giovanni Falchetti o Javiera Mena.

No queremos sacar del closet a nadie; en cambio, darle las gracias a los fletitos y tortis por hacernos tararear las más lindas melodías.

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