centro de estudios del POP

Primero que todo, el título de este post es un sentimentalismo que a lo mejor no debiera permitirme (como pasa con todas las debilidades). Pero cuando Los Rodriguez vivían, era legítimo recordar frases del argentino que cantaba y cuyo nombre no me da la gana escribir.

Pero Los Rodriguez se acabaron y nada de lo posterior los ha podido igualar. Pasa con algunos grupos que se dispersan y que dejan un vacío. Pasó con los Clash, pasó con los Smiths, pasó con Los Prisioneros. No es que muera uno de ellos y desaparezca la opción de rejuntarse, caso de tantos (Sumo, Virus, Nirvana). Es más bien que se termina el ciclo. Emergen las diferencias musicales, se acaba la razón de ser del proyecto. A veces es que la convivencia se vuelve agria, me imagino, pero a veces es que realmente los mismos tipos quieren hacer otra cosa. Juntos o separados. Se habla de recesos indefinidos, que a veces realmente son pausas y otras son cortes de raíz.

A veces vuelven por la plata que los fans estamos dispuestos a pagar, por las ganas que dan de revivir los conciertos que no vimos, por saldar la deuda de no haberlos vuelto ricos y famosos cuando estaban en sus mejores años. Incluso, me atrevo a decir que la única manera sensata de convertirse en fan es después del desbande. Ser fan es ser nostálgico. Los otros fans, los obsesivos, están siempre a medio camino de la psicopatía. No, mejor irse con calma.

Dedicado a los tipos más geniales y al extinto blog que debiera entrar al rock'n'roll hall of fame.